Los precios de las criptomonedas se caracterizan por ser muy volátiles, por lo que la inversión en estas monedas virtuales como activo de valor o de reserva se transforma en una apuesta muy arriesgada que algunos comparan con un juego de azar.  Por tanto, han surgido un nuevo tipo de  monedas virtuales se le conoce como “stable coins”  o monedas estables como una forma de enfrentar este problema.

Estas monedas estables son criptomonedas cuyos valores depende de un activo subyacente.  En los términos financieros, consiste en un derivado, cuyo  activo real o financiero respalda o funciona de garantía y  en este caso en particular es un activo que avala a la criptomoneda.

Recientemente en un artículo publicado en Forbes indica que la criptomoneda ideal sería aquella que cumple ciertas condiciones: estabilidad en sus cotizaciones, escalabilidad, privacidad y descentralización.  Por tanto, la búsqueda de esta moneda virtual sería como encontrar el santo grial de las criptomonedas

Por ejemplo, el bitcóin sufre problemas de escalabilidad, ya que el crecimiento de su red impide que el procesamiento de las transacciones no sea precisamente muy rápido.

En cuanto a la privacidad, se refiere a la seguridad y al anonimato, consiste en la posibilidad de realizar transacciones que no sean rastreadas en las que no se puede identificar ni el remitente ni el destinatario, esta privacidad busca que impida saber cuánto se ha comprado o vendido en una transacción.  Hasta ahora con las criptomonedas, las operaciones son privadas pero no totalmente anónimas, porque la tecnología de cadenas o “blockchain” funciona como un enorme libro contable de base de datos que almacena esta información.

Respecto a la descentralización de las criptomonedas, es la característica más promocionada del bitcóin, cuyo valor no dependa de una autoridad central monetaria.  Sin embargo, esta ventaja no es tan cierta cómo reveló un estudio realizado por la Universidad de Cornell indica que las compañías mineras de bitcoines concentran más del 53 % de la capacidad de minería promedio del sistema. En tanto, que la minería para la red Ethereum presenta un mayor agrupamiento  porque tres mineros representaban el 61 % de la capacidad semanal media del sistema.

Así que esta “stable coins”  basa su valor en otro activo como medio de referencia que puede ser oro, plata y petróleo, pero también activos como bienes inmuebles o una divisa estable como el dólar o el euro.  Al contar con una referencia de valor se busca reducir las perturbaciones en sus precios al asociarla a un bien relativamente estable en valor, pero esto no es obligatorio.

Con esta asociación se aprovechan las ventajas de las criptomonedas, se mantiene su codificación de seguridad, además permite las transacciones de manera fácil y rápida entre los usuarios que posean las billeteras virtuales.

Hasta ahora existen dos tipos de “stable coins”. Las primeras que están respaldados por el activo subyacente. En este caso los tenedores de este tipo de criptomonedas tienen derecho legal a los activos subyacentes.

El segundo tipo de monedas estables se trata de un valor comparativo con respecto al precio del activo pero no representan la propiedad del activo.   Sus sistemas buscan que no exista un amplio margen de diferencia entre el precio del activo y la estabilidad del cobro.

El objetivo de estas nuevas criptomonedas es ampliar el uso de las mismas, evitando así la volatilidad de los precios aprovechando los beneficios de la tecnología blockchain.

Entre las “stables coins” están el Tether relacionado con el valor de los dólares estadounidenses, la tasa de conversión es un 1 tether USDT equivale a $ 1 USD. También está el Truecoin que garantiza el 100% de sus cuentas con depósitos en custodia de dólares americanos.

Otra moneda estable es el Globcoin que representa una canasta de las 15 monedas más grandes del mundo y oro.

SwissRealCoin es una moneda estable cuyos activos son un portafolio de bienes inmuebles suizos y que promete aumentar en valor en función del crecimiento en el valor de los bienes inmuebles subyacentes.

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Autor: Francisco Javier Martínez

Por editor2

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