Los encargados en realizar la política económica en Colombia se trazaron una meta de un crecimiento económico en el 2017 del 2,5%. Sin embargo, al cerrar dicho año quedó evidenciado que esta meta claramente no se alcanzó, llegando solamente a un crecimiento económico de 1,8%, crecimiento que, si bien superó las expectativas de algunos analistas, tuvo una desaceleración con respecto al año anterior, que cerró en el 2016 con un crecimiento del 2%.
El crecimiento obtenido en el 2017 se debe en su mayoría al crecimiento de las ramas como agricultura, silvicultura, ganadería, caza, y transporte. Pero, los sectores como la manufactura y la explotación de minas y canteras no tuvieran un comportamiento del todo favorable, con un descenso de las industrias del 3,3% y uno en las explotaciones de minas del 6%. Actualmente, se encuentra trazada una meta de un crecimiento económico del 3% para cerrar el 2018, aunque existen otros especialistas como los del Banco de la república estiman que cerrará en un 2,7% y el Fondo Monetario Internacional consideran que será un 2,8%.
Se sabe que han existido muchas quejas sobre la gestión económica colombiana sobre los últimos años. Ahora, considerando que existe un nuevo presidente electo ¿Qué tipo de aspiraciones y propuestas debería tener Iván Duque Márquez en el sector económico? Primero que nada, hay que considerar que los problemas que hay que atacar actualmente en Colombia no pueden ser resueltos de la noche a la mañana y que si se quiere llegar a la meta trazada o al menos aproximarse se deben atacar una diversa cantidad de factores que ya están siendo tratados.
Colombia debe promover en la medida posible la diversificación en la economía, se debe encontrar la forma de no depender tanto de los precios del petróleo, de esta manera lograr aumentar el número de exportaciones de diversos productos, y no estancarse en el sector petrolero.
Una buena propuesta para lograr dicha diversificación consiste en buscar aumentar el gasto en el sector privado y su desarrollo, donde lo ideal debe ser modificar las tarifas del IVA que Colombia posee, teniendo una tasa considerablemente alta, pasando del 16% al 19% siendo uno de los países de todo el mundo con impuestos más altos a las empresas, evitando así que estas crezcan y tengan un desarrollo óptimo. Un aspecto positivo para este punto es que se estima que la tasa de interés presente se reduzca hasta un 4%, incentivando cada vez más al sector privado.
Sin embargo, para lograr todo lo anterior mencionado, Colombia debe tomar en cuenta y atacar de raíz uno de sus principales problemas, el desastre que tiene con sus infraestructuras. Esto, ha sido un problema que, si bien durante el último mandato de Juan Manuel Santos prometió afrontarlo, los resultados que se han obtenido hasta ahora no han sido del todo prometedores, la terrible situación que se tiene da como resultado que (por ejemplo) la movilización de un contenedor de mercancías dentro de Colombia sea hasta tres veces más caro que en la mayoría de los países de América latina. Inevitablemente esto tiene efectos sobre los precios y competitividad que pueden tener las empresas y entidades colombianas
Al mismo tiempo, si se resuelven los problemas anteriormente mencionados se puede también atacar un problema que no es solo económico sino también social; el desempleo (que aumentó considerablemente del 2016 al 2017), aumentando la diversificación económica abriendo paso a nuevas producciones y empresas con la iniciativa privada se pueden ofrecer nuevas oportunidades a los ciudadanos. Una buena noticia para lograr todo esto es que las expectativas en el nivel de inflación son favorables. Según los datos del Departamento Administrativo Nacional, DANE, indica que la inflación del país está en 4,09%; las exportaciones en enero de 2018 registraron una variación anual de 14,6%, mientras que en el 2017 fue de 45,1%; y la tasa de desempleo se ubicó en diciembre del 2017 en 9,4% siendo Quibdó, Cúcuta y Armenia las ciudades con mayores índices de desempleo. Sin embargo, siempre hay que tener en cuenta que la decisión de invertir y consumir siempre estará en manos de los ciudadanos, y considerando que actualmente en Colombia existe una tensión política, siendo el 2018 un año electoral y esto puede poner en duda el campo de inversión de algunos empresarios, que pueden elegir darle largas al asunto hasta que consideren que el panorama se encuentra más tranquilo.
Especialistas en la materia económica indican que el nuevo presidente electo debe enfocar sus políticas económicas entre tres sectores: el sistema de pensiones, disciplina en el gasto fiscal y la disminución de la desigualdad social. En cuanto a las pensiones, el debate está centrado en la sostenibilidad del sistema, los requerimientos por una mayor equidad y el acceso a un mayor número de personas a este derecho pero lo que significa generar una preocupación de la disciplina fiscal y por ende, los temas de impuestos para el financiamiento público sin dejar de lado los incentivos al sector privado para incrementar las inversiones.
En tercer lugar es importante atender las demandas sociales y la implementación de políticas que vayan hacia la reducción de la desigualdad en la distribución de ingresos, disminuyendo las brechas entre el país rural y el país urbano.
En este orden de ideas, algunos especialistas afirman que, a pesar de los obstáculos, se esperan buenas proyecciones económicas, así como buenos resultados, siempre que se logren cumplir las soluciones ya planteadas.

Redacción: ColombiaEmpresarial.com.co